lunes, 17 de marzo de 2014

Me acabo de dar cuenta

Que este blog ya tiene CASI 7 años. Es demasiado tiempo, ni me acordaba que lo tenía ya. En Abril de 2007 tenía 14 años, y flashié un blog para contar mis randomicidades diarias. Hoy tengo 21 y trabajo en el ferrocarril. Creo que es un buen momento para releer todo lo que escribí alguna vez. Ah, si, y capas que le doy una vuelta de tuerca (eh?) y empiezo a escribir pequeñas crónicas de viajes o cositas que no se donde guardar. Nosve

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los miedos de siempre...

Bañandome, cáe el jabon. Me inclino a agarrarlo. Tengo un mal presentimiento y giro bruscamente.
Tuve miedo a un ninja homosexual activo.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El salvajismo de los civilizados demuestra la constante paradoja del ser desarrollado, quien se hace sumiso ante la sombra del propio monstruo creado, para privarse de un banquete de bengalas naturales.
Que complicado es mirar el cielo.

You Are What You Is

Porque seguro que Victoria se sentía sola en La Plata, y le mandaba mensajes a Luis.

Entonces ahora esta acá, se va de parranda con sus amigas, y no lo llama porque ya anda con un pibe que labura en el corralón, apodado Yoni, aunque su nombre real sea Gerardo. Tiene una 110, usa gorrita pero de esas que son medio a cuadros, camisa manga corta y abajo un pantaloncito de River, y zapatillas de 5° a Fondo. Se junta con sus amigos en la plaza, pone el parlantito de la moto re desconado a los chapazos y suena Mc Caco. Se la coje todos los días en un rancho sin terminar de construir, a cuatro cuadras de la casa, y vive por el barrio de la sur. A Victoria le encantan todas esas emociones tan raras que Luis nunca le dio, esa aventura, la sensación de adrenalina, mezclarse con una clase inferior, sentir que en cualquier momento le cae una tarántula en la teta. Era de esperarse que se terminara haciendo hippie, y se fuese a vivir al Bolsón.

Luis, mientras todo esto pasaba, jugaba partidos de futbol 5 con los amigos, salía. Cada sábado recordaba como era su vida con Victoria, sin pensar en ningún momento en seguir adelante, convencido de que ella era SU mina. Y así siguió, pasaron los días, meses, le quedó una materia del CBC y por esa solita no se pudo ir a Capital en Agosto de 2011.
Y de nuevo es verano, y la vida sigue pasando.

Y ahí lo vió, entró a su perfil de Facebook. Victoria se había ido a vivir al Bolsón y había cerrado su cuenta. Intentó llamarla. “El número no pertenece a un abonado del servicio”, dijo la clásica voz de la chica de Telefónica . Su mente colapsó, se largó a llorar en su cama por días, Y después de todo eso... se volvió una persona competente.
Un tiempo después, al fin termina su carrera, y conoce a una colorada que se termina recibiendo de mecánica dental. Muy linda ella, un poco gordita, pero que hacía unos ravioles riquísimos. Y el ciclo se cierra.

Luis ya tiene 45 años, una casa, su propio consultorio, y hasta una hija. Deciden irse de vacaciones al Bolsón. Su hija quiere comprarse una pulserita. Al ir a comprársela, la ve. Sentada en un tronco húmedo, anémica, escuálida, haciendo pulseritas por cinco pesos para poder pagar su dosis.

Luis se acerca, con miedo. Piensa en hablarle, es la oportunidad que siempre quiso tener. Poder echarle en cara cómo todo floreció cuando ella se desvaneció, cómo es feliz ahora que en su vida no hay impurezas.

Pero no. Esa vez, como tantas otras en el transcurso de su insípida relación, no le habló, el miedo fue más fuerte, y esa misma noche se zambulló al Lago Nahuel Huapi.

Nunca más sabremos de él. La esposa nos contó a los cinco días lo sucedido, no éramos amigos tan cercanos ya, pero creyó que debíamos enterarnos de alguna manera.

Nos juntamos nosotros dos, Juani y Billy también, a deliberar si ir a su "funeral" o no, después de todo nunca encontraron el cuerpo. Decidimos no ir, no valía la pena amargarnos más de lo que ya lo habíamos hecho.

Llamamos a Ezequiel, que estaba viviendo en Bruselas, era el contador de una empresa multinacional. Nos preguntó extrañado si era Luis Méndez de quien estábamos hablando, por un momento se le quebró la voz, más no le extraña para nada el desenlace de la historia, y cortó repentinamente.

Nos miramos todos, acurrucados, pensando, en el loft de Juani, como si todo lo que pasaba alrededor nuestro ya no importara tanto como antes.

Billy decidió irse, ya era tarde, tenía que comprar los víveres y todavía no había decidido que iba a hacer de cenar.
Vos decidiste quedarte un rato más. Yo me fui, sin nunca comentarles que hoy en día estoy desempleado y solo.

Hay cuestiones que en ciertos momentos son mejores no revelar.

Y en el camino a la casa de mis viejos, bajo la lluvia, pienso:

"¿Vale la pena vivir sin decir jamás lo que realmente sentís?"

Recuerdo a Luis, y a su vida plagada de mentiras. Saco los ahorros de mi mesa de luz, y me voy.

Nunca más me verán, pero el recuerdo de jamás haber comprendido bien a ese pibe, nos va a carcomer la cabeza para toda nuestra vida.